Mi hermano nació antes de la guerra.
Yo, después.
Él pasó un año con meningitis
cuando los nazis invadieron Piamonte.
Yo, en Alemania,
que nunca creyó salir
del univers concentrationnaire nazi.
Mi hermano es fortachón y blanquito.
Yo, un medio polvo, patitas cortas, pelo azabache.
Él aprendió español
a los pocos meses de llegar de Italia.
Yo, aprendí de seguido.
Él es parco.
Yo parloteo a lengua pelada.
Mi hermano sabía podar la viña y los frutales.
Yo aprendí de sus tijeras y consejos.
Él iba de putas en San Rafael.
Yo me me enamoré de la Pocha
en la Plaza 9 de Julio.
Él decía que era suya
y me dejó a la miseria de una paliza.
Mi hermano se fue
a vivir a Buenos Aires en el 59.
Yo y la familia en el 62.
Él se juntó con una vieja y sus tres hijas.
Yo, estudié y laburé.
Mi hermano fue asistente de mesa
y toallero en la ESMA.
Yo me salvé de pedo.
Él nunca fue tenido
en cuenta por la justicia.
Yo compré un lote en Ezeiza
y como los papeles estaban sucios
fui demandado
y el tipo que me lo vendió
hizo veinte chanchullos
y zafó.
Mi hermano
se jubiló joven
por "trabajo insalubre",
tiene dos casas,
dólares blindados,
auto, tarjetas de crédito
y demás.
Yo, estafado
por el sistema previsional
y tanto buitre que abunda
en la montaña.
Y así andamos
hurtados del mundo,
que bosteza y se apaga.
Héctor Giuliano
- Inédito-
No hay comentarios:
Publicar un comentario