TE LLAMAN
A las paredes
de mi pueblo les cambió la cara.
Del te quiero anónimo
que escandaliza
a las viejas y ríe a los críos
pasaron
a Somos los de abajo,
los de siempre hambreados,
Cría ricos
y te comerás sus crisis,
Sólo la lucha
nos hace libres,
Homicidios
son estos recortes,
estos desahucios
Nos robaron los sueños:
ahora,
no les vamos a dejar dormir.
A las paredes
de mi pueblo le están saliendo las uñas
y ya no son inofensivas ni para los meados
de los perros.
Tienen razones
las paredes que oyen,
lo han dicho siempre los refranes
y están hartas
de guardar silencio o corazones vacíos con una flecha de cupido.
A estas paredes
algún día
se le van a echar a andar las esquinas
empujadas por la gente
y se harán barricadas
con las esperanzas rotas
y barricas de gritos y cantos subversivos
con las que queden intactas.
Paredes que no quieren ser muro de lamentos
ni movimiento quieto
ni testigos mudos
ni murallas defensivas
de cómodos rincones donde esconderse.
Andan las paredes
con pareja de baile en la plaza
montando el festejo
los domingos por encima de las campanas,
señalando con el dedo
los elefantes muertos,
las alimañas,
los cortarollosmaquiavelos
del sillón de gobernante.
Se cansaron las paredes de tanta parsimonia.
Y se vuelven grito.
Y te llaman.
(Vayamos al grano. Ed. Germania, 2014. En: DISIDENTES: antología de poetas críticos españoles. Ed. La oveja roja.)
(Fuente: Una Antropóloga en la luna)
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