La vida es sueño
[1]
A mis pies la marea del Tiempo
fluía en calma, movimiento en equilibrio;
alegre el corazón, mis ojos pudieron saludar
la llegada del sol iluminando el océano,
hasta llenarlo todo, una tormenta fatal.
Envuelta en oscuridad su poderosa forma.
2
Después la marea del Tiempo rodó retrayéndose,
mientras yo la perseguía con paso ansioso;
y aunque perdida ya su hora plena,
todavía la playa pálida ensanchándose,
atravesé la orilla más extrema
del inconstante, efímero oleaje.
3
Atrás, más atrás todavía las aguas se retiraron,
y más deprisa aún las olas retrocedían.
¡Ay! Así se van enfriando mis esperanzas,
mientras yo, puesta mi atención en una posibilidad vana,
contemplo el cabo desolado y desierto,
y triste me sigo paseando por la arena yerma.
4
¡Entonces, mirad! Sostenida por plumas de hadas,
llegó la ocasión, tímida hechicera,
y trajo de sus dominios serenos
de Esperanza y Amor, un sueño de alegría;
cerré mis ojos y me acosté.
Y no pensé más en el ceño fruncido del océano.
5
¿Dónde está mi sueño? De nuevo el rugido
de la vasta inundación del Tiempo saluda a mi oído,
y vuelvo a quedarme sola como antes,
entre las arenas yermas, tan triste y deprimida,
mientras la esperanza se desvanecía del escenario,
¡cómo si nunca hubiese existido!
Mary Shelley, incluido en Antología de poetas inglesas del siglo XIX (Alba Editorial, Barcelona, 2021, trad. de Xandru Fernández y Gonzalo Torné).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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