Solo en Barcelona
Uno no se siente más yo
que cuando está solo
en una ciudad que no conoce
y además hay calles desabridas
con hileras de dos faros que no se detienen
y oloroso silencio frente a la Sagrada Familia
(ese esqueleto de fantasma cuyas puntas
se pierden en la noche del cielo)
y el viento sopla frío
y las farolas están tristes
y las palmeras quedan ridículas en aquel frío
y por fin La Rambla
donde paseamos todos los forasteros
y miramos cómo recogen las flores
y las putas tan jóvenes y negras
y bajamos los ojos y alguien mira
y hace señas y la ciudad es hostil de repente
y coges el metro en Drassanes
hasta el frío hostal donde te alojas
y en la habitación piensas estás solo
pero es que esta vez querías estar solo
por eso es mejor que ella no haya venido
y hubiese mar y olor silencioso
fantasma de Sagrada Familia
y ciudad que no conoces,
farolas tristes y La Rambla
forasteros y putas y metro
y la habitación del hostal donde estás solo
porque esta vez quieres estar solo
Francisco Cenamor en Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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