Los otros
y los alucinados
de nada sirve el rastro de su sangre
si no se sabe a dónde iré
con qué ojo de animal puede elegir el rumbo
la trampa será entonces
la única estación para alcanzarlo.
A pesar de cada uno de nosotros
sigue
aprisionado en su ferocidad
defenderse le debe parecer la vida
yo puedo asegurarlo, es la vida.
No hay camino
para que nadie vaya a decir que es polvoriento
cualquiera puede acabar en el armario
donde vienen a descansar los borrachos y los locos
y los demás
que no se sabe lo que son
pero no hay donde ponerlos.
Quién me asegura esa espera de Penélope
alguien se atreve y apuesta por el amor de Ulises,
ahora voy a decir una torpeza:
un rey
aunque no se llame Salomón
es siempre el más inteligente.
De todos modos
parece ser que el lugar de nosotros es la vida.
(Fuente: Asamblea de palabras)
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