PRIMER POEMA DEL CANTO UNO
I
Hubo un día hace tiempo en que soñaste
con un hogar alegre en una tierra
distinta de esta otra en la que vives.
Una dulce muchacha me sonríe
agarrada del brazo de su padre.
camina entre los bancos de la iglesia
por las alfombras rojas
que suben al altar,
recubierto de un manto bordado con escudos
y una corona regia.
Esta muchacha sabe que es la hora
en que un anillo enlaza lo que el cuerpo
ya había prometido con su entrega.
A ella miran nerviosas las familias
presentes en la fiesta de la boda.
Esta joven tendrá la casa de sus sueños,
y dos niños pequeños que se duerman
con la simple lectura cada noche
de cuentos en la cama
nada más acostarlos.
Pero ignora
las marcas de los puños del marido
en las puertas del baño y la cocina.
Los escudos raídos.
La corona quemada.
Qué lejos queda ahora este banquete,
los besos aplaudidos,
el vino y la ternera.
De aquella ingenuidad de tu sonrisa
sólo quedan las briznas de estas fotos.
En: Apátrida
Hiperión
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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