La señora ciega
La señora ciega cuyos ojos sangran cuida de sus palabras
Ella no habla a nadie de sus males
Tiene cabellos parecidos al musgo
Y lleva joyas y pedrerías rojizas
La señora gorda y ciega cuyos ojos sangran
Escribe cartas prolijas con márgenes e interlíneas
Cuida los pliegues de su vestido de felpa
Y se esfuerza por hacer algo más
Y si no menciono a su cuñado
Es porque aquí este joven no merece el honor
Pues bebe por demás y emborracha a la ciega
Que ríe, ríe entonces y aúlla.
(Fuente: Hugo Toscadaray)
No hay comentarios:
Publicar un comentario