Zoon phonanta.
Se escribe
cuando tres causas
coinciden;
cuando es propio bien
y uno lo tira por ahí,
quizá un simio procure
otra voz y tiranía,
en lo captado
y soñado,
entre uno y otro,
y en su medianero
y otro;
y quizá la boca
de una glándula virtuosa,
su contraste,
o el imperativo del fantasma,
irreductible,
en la conmutación
y aplastamiento,
en el extraño equívoco
que los dioses
depositaron en nosotros,
en el límite y el azar,
en ambos,
en la serenidad
y la aceptación de la bronca
y su amargo sosiego,
en la desviación y el motor,
en el traicionero atlas terrestre
de las emociones,
su fácil y estúpida autarquía;
atados a esa circunferencia
del alma,
o sin ella,
o en la mitad de ella,
en los vínculos de palabras
y luz del pensamiento;
por escribir nomás,
tras el comprimido,
la ansiedad, la fuga craneana,
en el primer llanto
y la agonía,
la carcajada
y el tobillo que baila,
la garra
que reproduce y ahuyenta;
tomando el té
mientras los gorriones
picotean migas en el patio
y el sol se abre aburrido
de tanta gilada.
- Inédito -
De "La vitrina de Esopo"
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