El cazador negro
Los cuervos vuelan en bandadas,
amenaza lluvia.
—Soy aquel que viaja en la sombra,
¡el Cazador Negro!
Las hojas que el viento sacude
silban... se diría
que un aquelarre con sus gritos
resuena en el bosque;
en un claro de entre las nubes
la luna aparece.
Caza al gamo, caza a la cierva,
corre en el bosque y por el yermo,
llega la tarde.
Caza a Austria, caza al zar,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque —
Sopla el cuerno, ata la polaina,
caza al ciervo que está pastando
junto a la casa.
Caza al rey, caza al sacerdote,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque —
Truena, llueve; he aquí el diluvio.
El zorro escapa, no hay refugio
¡y no hay esperanza!
Caza al espía, caza al juez,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque —
Los demonios de San Antonio
saltan y brincan en la avena
sin que tú te alteres;
caza al abate, caza al monje,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque —
¡Caza al oso!, tus perros ladran.
¡Que no se escape ni un jabalí!
¡Ése es tu deber!
Caza a César y caza al papa,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque —
El lobo sale del camino.
¡Que tras él vaya tu jauría!
¡Hazle caer, corre!
Caza al bandido Bonaparte,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque se mueven,
caen... Se diría
que el aquelarre y sus aullidos
huyeron del bosque;
cantando el gallo abre las nubes,
¡el alba aparece!
Recobran su forma las cosas,
vuelves a ser la altiva Francia
con tu bella estampa,
ángel blanco de luz vestido,
¡oh Cazador Negro!
Las hojas del bosque se mueven,
caen... Se diría
que el aquelarre y sus aullidos
huyeron del bosque;
cantando el gallo abre las nubes,
¡el alba aparece!
Jersey, septiembre de 1853
incluido en Antología de la poesía romántica francesa (Ediciones Cátedra, Madrid, 2000, ed. de Rosa de Diego, trad. de Pilar Andrade).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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