sábado, 20 de noviembre de 2021

Mauricio Redolés (Chile, 1953)

 

Susurro del viento





 
yo en la clandestinidad me llamé felipe me llamé marcela 
me asesinaron cerca de melipilla una noche
en que corría un viento helado helado 
éramos un montón yo iba callada en un rincón del celular 
un chiquillo despertó y le asestaron un fierrazo
yo en la clandestinidad me llamé julia villagrán 
o rolando salcedo 
evitaba las grandes aglomeraciones 
y rehuía las conversaciones
yo en la clandestinidad me llamaba patricio 
me llamaba ramiro y truquié otra 
forma de caminar y reír yo 
me llamé con muchos nombres me llamé ricardo Gabriela
josé patricia 
yo en el celular iba callado y pensaba en ti esa noche 
pensaba y pensaba en ti me dolían las muñecas con las 
esposas tan apretadas 
y me dolían los testículos por la corriente y quería orinar 
otro poco de sangre
y tú eres la invisible como en un poema de whitman 
y ahora que me escuchas 
yo soy el invisible igual que en el poema de whitman 
y estamos juntos 
en esa invisibilidad por medio 
que nos dio esta época

viví años en el lado oscuro de la ciudad 

perdóname por haberme ido a mi montaña sola 

sin ti 

viví años en el lado errado

primero me dio una risa amarga mi preocupación 
hace días de quedar impotente por los corrientazos
y ahora que sabía que me iban a matar 
sentí que no valía la pena amargarse 
por no poder hacer más el amor 
cuando supe que me iba a morir luego 
entonces me dio rabia y 
lloré pensando en cuando supe lo del estomaguito de la 
flaca
abierto
cuando la tiraron del helicóptero 
así nadie flota dijo el de 
bigotes y jeans 
me contó él mismo 
entonces desperté y nos bajaron y dijeron

                     arrodíllense

y pensé qué absurdo no saben hablar y nos van a matar
la orden debiera ser
arrodíllense o arrodíllate pero
lo absurdo era pensar
en lo absurdo de arrodíllensen

y pensé no nos hacen cavar nuestra fosa
y estamos cerca de
melipilla
de modo que así se muere 
de modo que aquí se muere

y pensé arrodillados nos pegarán un tiro en la nuca 

y escuché un grito esplendoroso 

era un grito bello animal que iluminaba la noche 
y la transformaba en día 
y pensé arrodill de que cómo de que cómo

nos matan 
nos m a t a n ?
y sentí el corvo besándome el cuello 
y yo también grité

pensé
perdóname
por haber vivido en el lado 
             errado 
             de 
             la
             ciudad

sin ti 
pero
escuchando todas las noches tu respiración

sin ti 
pero
escuchando todas las noches tu beso a otra piel
tu
jadeo al hacer el amor

tu
risa

escuchaba

desde
el lugar que escogí
para
vivir
en
este
lado
de la ciudad

lo
hice
para seguir amándote

era la única forma verdadera de estar contigo

sin ti
pero
escuchando todas las noches
tus ojos cerrarse
con
el sonido
de una ola tragada por la arena
de
los
días 

perdóname

lo hice nada más que por ti

en el fondo esa es la única verdad 

el corvo me besaba y yo pensaba

no me defraudes

no pienses que labré mi selva sin ti 
no pienses que esculpí mi cordillera sin ti 
no pienses que me fui a mi montaña sola

siempre estuve a tu lado escribiendo la novela

escuchando tu cuerpo crecer todas las noches 
escuchando tu cuerpo apagarse todos los días

no me defraudes

no exijas después que quien me degolló 
muera degollado

no exijas después que quien me degolló 
muera perdonado

no me defraudes

yo me llamé alejandro me llamé javiera me llamé manuela 
yo me llamé cecilia me llamé rosario
me llamé gustavo caro me llamé diego angulo
mauricio lagos salinas
valenzuela quezada mónica lara
retamal costa salazar ramón
ana maría carmen arturo
jenny mancilla samuel david
mario laura mercedes
verónica eugenio eugenia

pero también tuve otro nombre

ese era mi nombre verdadero

con ese nombre morí

hacía frío en Melipilla

y pensé 
que 
ojalá 
pensaras

que mi agonía fue corta 
y que morí sabiendo que no me defraudarías

porque el único y verdadero llamado a morir 
no era el de este cuerpo en el barro

sino el de la silueta con el corvo allá arriba 
y el que a él lo mandó 
y el que mandó al que mandó

y el que mandó al que mandó al que mandó 

y al de más arriba y al otro

y al otro

y a ese otro también.
 
 
 
(Fuente: Descontexto)
























 

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