/ De "Tratado de iconogénesis"
La apertura de un taller
Hacia
1950, Francis Ponge escribió un ensayo para la UNESCO en el que
reflexiona acerca de la condición y destino de los artistas. La época
era ciertamente compleja: Europa comenzaba la reconstrucción luego del
desastre de la Segunda Guerra mientras el mundo se dividía en dos
hemisferios enfrentados por una guerra fría y permanente que amenazaba
pulverizar el planeta. Ponge rechazaba por igual las diversas teorías
que pretendía definir las características y funciones del productor
literario: bufón o ingeniero soviético de almas; alquimista del verbo
intelectual comprometido. Lejos de eso, para el poeta francés, "la
misión del artista es muy clara, debe abrir un taller". Si suspendemos
la frase en este punto, podría pensarse que los escritores tienen la
misión pedagógica de abrir laboratorios y clínicas de escritura para
formar otros escritores, algo tan frecuente en nuestra época. Pues no:
ante los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura, Ponge declara que el artista
debe
abrir un taller y reparar el mundo tal como le llega, por fragmentos.
Solamente un mecánico. Reparador atento del cangrejo y del limón, del
cántaro o de la compotera. Irreemplazable en su función. Su papel es
modesto, como vemos, pero no se podría prescindir de él.
En
diciembre de 2011 descubrí los restos de un televisor marca ZENITH que
alguien había arrojado en la esquina de Liniers y Edison. El marco
plástico de la pantalla se había desprendido; lo cargué en la bicicleta y
lo instalé en el patio de mi casa. Imaginé que se transformaba en un
homoscopio, aparato que permite contemplar lo que aparece ante nuestros
ojos y analizarlo con una nitidez insuperable, sin modificar, ampliar ni
reducir los objetos. A partir de esas observaciones, escribí un
cuaderno que lleva el número VIII de la serie.
El
encuentro de una persona con pedazos de un televisor arrojado en una
esquina puede ser un hecho azaroso. Cinco años más tarde, el encuentro
de la misma persona (o sea, yo) con otro televisor arrojado exactamente
en la misma esquina, debe ser analizado como un mensaje de otro mundo.
O como decir: el reflejo gris sobre el cristal de una pantalla
salpicada por gotas de lluvia es también una imagen del cielo.
~
Esta época también es compleja e injusta, por momentos insoportable.
Los largos canales de mar que penetran hasta nuestro puerto están
llenos de cangrejos; no sé cómo podría repararlos si alguno pierde una
patita o una pinza. En las lagunas que quedan sobre la playa cuando la
marea se retira, he visto cangrejitos recién nacidos que se deshacían
entre los dedos apenas tocarlos.
No tenemos cántaros. Lo
más parecido que hay en nuestra ciudad son jarras de vidrio o plástico
que se guardan llenas de jugo en la heladera junto a los limones y
alguna compotera con ensalada de frutas.
Pero es un hecho que hay artefactos y monitores destrozados, completamente irreparables.
Leteo Edito,
Buenos Aires, 2021
Otra Iglesia Es Imposible - Leteo Edito/ Facebook - Gog y Magog - Op. Cit. - La Nación - El Diletante - Télam - Página 12 - Eterna Cadencia - Literariedad - Meta Poesía/ Facebook - El Grito - La Escuela de Nadie - Las Afinidades Electivas...
Foto: Télam
(Fuente: Campo de maniobras)
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