PARA MORIR LOS DOS BASTA CON QUE UNO MUERA
TRAMA
Descríbeme una playa. ¿Para qué?
Sólo hazlo, dime cómo es esa playa.
Como todas: arena, conchas, piedras,
que haya peces, medusas, los paseos
por la orilla, tomar el sol, amigos.
Esa playa no existe en el futuro.
¿Quién dice que vivamos tanto tiempo?
Esa playa no existe en el presente.
Ya encontrarán un modo de arreglarlo.
Abre la mano. ¿Para? Coge esto.
¿Por qué me das tapones de botellas?
Son piedras. ¿Y estas latas aplastadas?
Son conchas. ¿Sí?, ¿de dónde? De la orilla.
¿De qué playa? La que has descrito tú.
POÉTICA
También del miedo nace la belleza.
También del miedo, como de la rabia,
pueden nacer los versos que me empeño
en escribirte, como ahora mismo
que pienso en el futuro, que lo invento
a nuestro gusto para creer en él,
porque creo en ti y creo en un futuro
donde el cambio climático no existe
ni tampoco las crisis económicas.
Porque creo en un piso con terraza
y buenas vistas, en el que invitemos
a la familia y a nuestros amigos,
y también creo en patios con jardín
donde nuestras mascotas se diviertan
y escarben agujeros que arreglar.
También del miedo nace todo esto.
De los incendios en el Amazonas
y sus troncos talados, de los cuerpos
de especies que jamás vimos, que nunca
veremos como ahora, mientras huyen
del fuego o se calcinan. Del temor
también nace el futuro y la respuesta
contra cualquier pronóstico climático.
Imaginar los bosques como el patio
de casa que cuidar, que estén seguros
y verdes, protegidos frente a talas,
margen de beneficios y gobiernos
inútiles. Del miedo a todo esto
también nace el poema, creo en él
como un futuro donde ser felices.
También del miedo, ver como si fuera
el futuro amoroso una conciencia
social contra un futuro de estadísticas.
También del miedo nace la esperanza.
En: Para morir los dos basta con que uno muera. Ed. Valparaíso. 2020
(Fuente: Voces del extremo)
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