Prisioneros
De eso no cabe duda.
Gente como nosotros,
que come, que duerme, que se entume, que suda,
que odia, que ama.
Gente como toda la gente,
y sin embargo — diferente.
Como les hemos arrancado
todos los botones,
caminan agarrándose
los pantalones,
y llevan el cuerpo doblegado.
Pudiera ser cansancio,
pero no es eso.
Pudiera ser vergüenza...
En fin, qué nos importa :
¡Son nuestros prisioneros!
Está prohibido darles cigarrillos.
Bien. Se les daré a escondidas.
Alguno de ellos debe de haber leído
a Goethe; o será de la familia de Beethoven
o de Kant; o sabrá tocar el violoncelo...
incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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