De "Hoy no hay tiempo para la eternidad"
Comenzó después de su muerte y dejé que sucediera. No se
trata de recuerdos, aunque participe a pleno la memoria.
Decidí, una y otra vez, no abandonar la conversación. Sucede
que hablo de un vínculo incorpóreo, sideral, extraterreno.
La transformación sufrida por ambas partes es definitiva.
*
Así es que no está. Se aproxima cada día. Con sigilo intenta
acercar la palma de su mano a mi cabeza. Yo me distraigo,
pienso: ¿son humanos los muertos madre? ¿o las especies
no existen en tus dominios? Y entonces, ¿qué ahora?
La ignorancia me separa de la muerte, empaña los días
con una nostalgia protectora.
Hay días en los que no concibo su muerte como algo material
y la atraigo hacia mí con toda la fuerza que puedo encontrar
en las palabras descubro en mí una convicción que no
conocía: existe un plano inmaterial donde el encuentro
puede producirse.
*
Madre se inclina, pide por favor que me aquiete, dice que
existe enlazada a los pájaros y los caballos del cielo y encuentra
allí cercanía con su Dios. ¿Madre, dónde te detenés, cómo,
cómo te acercás?
Una pluma cae delicada y en tiempo real a mis pies. Y madre
se ilumina, ríe ante esa constatación de su presencia en mi mundo.
Una permanencia sin remedio. Ese amor.
Antes de saber si ya es el día, de abrir los ojos, pensar: voy a
salir con madre, a caminar, a mirar las nubes, los espejos de
agua salpicados de aves blancas, los tonos alterados del otoño.
Antes, detrás de mis ojos, en la órbita. Antes madre dónde.
*
Son humanos. Los muertos. Son humanos, madre.
¿Sos ahora una suerte de animal fabuloso como en aquella
Enciclopedia de las cosas que nunca existieron? ¿Recordás?
Una mezcla, ¿una aleación? caballo, Dios, ave nocturna,
mujer. El rostro un girasol salvaje una corona de niños
como plumas reales.
Un motor de mil caballos avanza por ese mundo prodigioso.
Vamos a correr, levanto vuelo en el impulso. Ya no vas
a dejarme voy como las cosas que no existieron jamás.
Firme a tu lado.
Entonces, los animales fabulosos existen y rodean nuestros
sueños
Hilos Editora,
Buenos Aires, 2024
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Foto: María Mascheroni / Facebook
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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