Poema feliz
Poema feliz
Un poema siempre debería tener
pájaros
No importan las especies, ni el tamaño
o el color de los plumajes.
Tampoco sus graznidos gorjeos
o acometidas salvajes en el
cortejo sexual ni la cantidad de huevos
en la nidada oculta.
Su mirada huidiza o feroz sí
puede tener importancia: de ella
dependerá el carácter y la determinación
de su vuelo.
Nosotros no los elegimos, ellos saben
si los acogemos con mayor o menor
benevolencia.
Hijos de un dios menor,
saben todas las estaciones antes
de que aparezcan, con frío, calor,
ventiscas o soles deslumbrantes.
ROA
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