Exilio
Estoy llena de culpas
y tengo que decirlas,
pero antes necesito
verte el corazón en los oídos
porque hablo con el mío
entre los dientes.
Me siento culpable de estar viva,
de reír y cantar,
de comer con apetito,
de tener abrigo, casa
y calles para andar
y amigos
con quienes hablar a veces tonterías.
Me siento culpable de estar sana,
de que me guste la vida y su alegría,
de escribir, recordar y hacer poesía.
No tengo otra forma de luchar
y eso
también es culpa mía.
…
Alguien gritó
Alguien gritó:
¡Viva la libertad!,
y respondió la sangre.
Alguien gritó:
¡Muera el tirano!,
y respondió la sangre.
Mañana,
gritará la sangre:
¡Viva la libertad!
¡Muera el tirano!,
¡y el pueblo
responderá!
...
Noche larga
Mi ciudad es de arena y viento espeso
con pedazos de luna en las esquinas,
medallones de sombra en los jardines
y un aire de terror sobre los techos.
Nadie acudirá por más que grites.
Nadie responderá por más que llames.
Ha levantado muros de silencio
que ahogan las palabras en el aire.
Mi ciudad es de calles infinitas
y de ella no saldrás por más que andes.
El temible Taú-Taú de fuego fatuo
te hará perder el rumbo si es que partes;
te transformará en fantasma inquieto,
te hará vagar por patios y zaguanes,
te enredará en las cuerdas de arpas indias
y en un idioma dulce de pañales.
Mi ciudad te habrá envuelto en sus encajes
como el hilo y la espuma de una araña.
y querrás reaccionar y será tarde.
Serás un preso más entre sus presos
o la sombra azul que viborea
en el río profundo que la abraza.
Pero como es de arena y viento espeso
habrá volado entera en el mañana.
...
Penas
Penas, qué penas amargas
que no puedo azucarar.
Penas de la vida en pena
quién las podrá consolar:
mi casa no tiene lumbre
mis hijos no tienen pan.
Pena de pena despierta
que ya no se dormirá.
Empeñada en irse sola
por campos de soledad.
Penas de mi vida en pena;
grito que llama a luchar.
Rompe el cerco de sombras
que condena a soledad.
Penas, no me des penas
que no pueda azucarar.
…
Sin límites
El cinismo no tiene límites.
Te apresan, te golpean,
te aíslan en mazmorras de castigo
con ratas, cucarachas
y otras porquerías
y encima se quejan
porque gritas.
…
Tu amor es poesía
Dijiste: la fugitiva luz de tus cabellos
se refugió en la almohada
y al acercar mis manos
se me volvieron agua
seda de agua.
Sentí mi cuerpo mar y tú sobre la playa.
Dijiste; no tiendas más
la musical cascada
te quiero así vestida
de silencio y de nada.
Te quiero así sedosa
así desamparada.
Dijiste. Porque me amabas.
…
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