(Molino Rojo, 1926)
CANTO DEL CISNE
Demencia:
El camino más alto y más desierto.
Oficios de las máscaras absurdas; pero
tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones.
Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.
Se erizan los cabellos del
espanto.
La mucha luz alaba su inocencia.
El patio del hospicio es como un
banco
a lo largo del muro.
Cuerdas de los silencios más
eternos.
Me hago la señal de la cruz a pesar de
ser judío.
¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?
Se acerca Dios en pilchas de
loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.
¡Piedad!
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