Desconsuelo y contrición en la mirada del cortesano Margarito
Cuando vinieron con las computadoras
guardé silencio
ya que yo no era una máquina
guardé silencio
ya que construirían —dijeron— un mundo mejor
Cuando vinieron con el correo electrónico
guardé silencio
ya que estaba cansado de escribir cartas de puño y letra
Cuando digitalizaron los incunables
evité la fatiga de ir a la biblioteca
Cuando inventaron las redes sociales no salí más de mi casa
Cuando vinieron con la IA
me sentí traicionado
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