CORRIDA
De chicas jugábamos
con máquinas viejas de cosechar,
tocábamos las cuchillas sin filo,
los fierros viejos que ya no servían.
De chicas jugábamos
con máquinas viejas de cosechar,
tocábamos las cuchillas sin filo,
los fierros viejos que ya no servían.
Una tarde, de a poco
las vacas rodearon nuestro juego.
Quedamos atrapadas entre sus frentes.
Nos miramos. Las dos teníamos remeras rojas.
"¿Y si los colores fuertes enfurecen a las vacas?"
Entonces decidimos sacarnos la ropa.
Nos pareció más seguro
atravesar el campo,
desnudas.
las vacas rodearon nuestro juego.
Quedamos atrapadas entre sus frentes.
Nos miramos. Las dos teníamos remeras rojas.
"¿Y si los colores fuertes enfurecen a las vacas?"
Entonces decidimos sacarnos la ropa.
Nos pareció más seguro
atravesar el campo,
desnudas.
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