Un ejercicio de retórica
Un ejercicio de retórica
de pronto adquiere un aire fundamental
Se empieza siempre como jugando
y se termina
con los ojos fuera de las órbitas
Yo no sé cuál es el verdadero camino
los he intentado todos
Sin embargo la sorpresa
irrumpe a veces
por la mañana
cuando recibo el fresco
en mi patio de mosaicos rojos
alérgico y lloroso
sobre el filo mismo
del año que cambia
cuando la depresión
de una noche sin sueño
hunde mi pobre corazón
en el desgano
El comienzo es casi siempre
un juego inofensivo
sobre la hoja blanca
que no dice nada
pero espera
y silenciosamente atrae
como las aguas del río
Uno no sabe casi nada
pero espera
secretamente
con una confianza que le permite soportar
toda la intemperie del mundo
Uno cree
(tiene razones para ello)
que cada cosa tomará sentido
sólo por ese instante de fuego
por ese minuto que sin decirlo
aguarda tembloroso
como la novia
la noche de la boda.
Hugo Gola
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