himno a la universidad villarreal
Por entre las calles del Centro de Lima
El smog de la avenida Tacna no puede
destruir la esperanza de tus muros.
Una muchacha huye de la avenida
Nicolás de Piérola.
Aún vende tamales la señora de dientes felices.
El chifa del frente ya no atiende.
Los autos corren despavoridos.
El viento sacude mis cabellos.
Egresados y estudiantes eternos
oigan la canción de su poeta
de pie en el centro de la furia
de la Villarreal al Universo
del Universo a mis ojos limpios
va la luz de estos versos.
Desde el centro del Perú
se soñó la limpidez de tus aulas.
Profesores de todos los rincones
llegaron alzando carpetas y pizarras
y dijeron educación sí, ignorancia no.
Llegaron y tomaron el claustro por asalto:
se dividió salones y corrieron los gatos
y se llamó
Universidad Nacional Manuel González Prada.
Primero fueron apristas,
pero ahora somos todos
anarquistas, comunistas, nihilistas
los que poblamos
el plantel general.
El Apra nunca muere,
pero murió y nacimos nosotros
para poblar de otros cantos
tus muros en el histórico centro del mundo
ansiosos de un cartón que nos dé mejor trabajo.
Entraron por aquí
los Hora Zero, el Zambo Cavero,
don José Watanabe y C. Hildebrant.
Ninguno de los citados
acabó su carrera universitaria
pero dejaron su luz.
Aquí enseñó Dimas Arrieta,
Washington Delgado, Oswaldo Reynoso,
estudiaron Barbieri y Leoncio Luque
cantó sus versos Eduardo Borjas
y E. Grau escribió sus primeros
poemas en prosa
aquí se oyó la guitarra de No recomendable
los versos de Óscar Perlado
enseñó y enseña Íbico Rojas y Bertha Navarro
y nació Tajo, Grupo Colmena y Noble Katerva.
Entraron por tu historia
la leyenda de jóvenes cantando el himno
de la educación, el derecho,
la luz de los lingüistas, la lucidez del literato,
el aplomo del asistente social,
la sonrisa
de la profesora de inicial
al pie del lanzón de Raimondi.
Yo me siento en tus escaleras
y pienso
que llevo más años de lo debido aquí
y que de Europa
me vine a sentar en tus carpetas
pero no me rindo
y por mi abuela
sacaré mi título.
Yo me siento aquí y me siento fuerte.
No tengo que ser de otra universidad para brillar
y escribir y sentir
el universo.
Veo a gente loca caminando.
A prostitutas vendiendo ilusiones.
A niñas vendiendo caramelos de limón
Un hombre joven se aburre de cuidar las tragamonedas.
Yo mismo no sé qué vender
pero sé que la transformación la haremos
leyendo y escribiendo
soñando tesis
fundando en nuestra intensidad
la máquina del futuro.
Universidad Villarreal
patria de todos
ardiente de sueños
alma mater de mi mente
el caos de Lima te cubre
pero no liquida
el fuego de nuestros ojos.
Abajo todas las penas.
Del mar de nuestro amor
se levantará la belleza.
Poema inédito, tomado del muro de Facebook del poeta.
(Fuente: La comparecencia infinita)

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