No vivo en esta ciudad
en esta ciudad ocupo un lugar
como la menta que tengo plantada
o el jazmín en la maceta
que se comieron las hormigas
grité por sus almas de piedra
defendí su entusiasmo inmóvil
para que termine arroyándome
un tren que ya no pasa
abogados carniceros emperadores
de trifetas y líneas de bingo
acostumbrados a distraer el sueño
piden mi gracia mi morisqueta
de recitador enardecido
pero ya no frecuento la muerte
en ninguna de sus formas
ni brindo con alcohol prestado
me robé todas las flores
y es ahora la ausencia
el jardín donde descanso.
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