OTOÑO SECRETO
OTOÑO SECRETO
Cuando las amadas palabras
cotidianas pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan,
ni el agua, ni la ventana,
y ha sido falso todo diálogo que no sea
con nuestra desolada imagen,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor,
es bueno saludar los platos
y el mantel puestos sobre la mesa,
y ver que en el viejo armario
conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar.
Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo
de su forma, una mentira inventada
por la turbia memoria del otoño,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer:
las ramas se quiebran levemente,
el palomar se llena de aleteos,
el granero sueña otra vez con el sol,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón
polvoriento y el silencio nos revela
el secreto
que no queríamos escuchar
EN LA SECRETA CASA DE LA NOCHE
EN LA SECRETA CASA DE LA NOCHE
Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.
Y no importa que el viento olvide
mi nombre y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve
de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.
Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro,
y su cuerpo se enciende
como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.
El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar
sus redes mientras ella y yo
nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
BLUE
BLUE
Veré nuevos rostros
Veré nuevos días
Seré olvidado
Tendré recuerdos
Veré salir el sol cuando sale el sol
Veré caer la lluvia cuando llueve
Me pasearé sin asunto
De un lado a otro
Aburriré a medio mundo
Contando la misma historia
Me sentaré a escribir una carta
Que no me interesa enviar
O a mirar a los niños
En los parques de juego.
Siempre llegaré al mismo puente
A mirar el mismo río
Iré a ver películas tontas
Abriré los brazos para abrazar el vacío
Tomaré vino si me ofrecen vino
Tomaré agua si me ofrecen agua
Y me engañaré diciendo:
«Vendrán nuevos rostros
Vendrán nuevos días».
DESPUÉS DE LA FIESTA
DESPUÉS DE LA FIESTA
Está más joven la muchacha que
amanece sonriendo frente al canto
del canario cada vez más joven.
Está más joven en la portada de la revista
sobre la mesa de nogal cada vez
más joven el retrato de los Campeones
Mundiales Del año 30.
Está más joven la mujer que se despierta
para lavar ropa ajena en la artesa rústica.
Están más jóvenes quienes
en la plaza hablan de sus amigos
desaparecidos o asesinados.
Está más joven la flor guardada
entre las páginas de Fermina Márquez,
está más joven el rugoso pescador
que bebe su aguardiente frente
al temporal recién nacido.
Está más joven el guijarro que espera
ser recogido por un niño, tras ser
pulido por una ola que cada viaje
se hace cada vez más joven.
Sólo yo he envejecido
POR ÚLTIMA VEZ
POR ÚLTIMA VEZ
Por última vez
fui a tu casa
y frente a la reja de calle
sólo había un pájaro muerto,
y yo no te vería nunca más
y la ciudad era un monumento fúnebre.
De vuelta todas las muchachas hermosas
se parecían a ti,
no quería oír más
las canciones que escuchábamos
juntos, como siempre vi como se
entrelazaban las vigas de fierro
del gran osario de la Estación,
y juré no verte más,
no verte nunca más,
y tú habías citado un verso mío
escrito en la misma Estación:
“Me acostaré con cualquiera menos contigo”.
Las ruedas del tren me repetían
esa frase y yo me desperté cerca
del pueblo que no sería más
el mismo pueblo
porque un día te llevé a él,
y quisiera estar en alguno
donde nada pudiera hacerme
recordarte, pero qué cosas pueden
no hacerme recordarte
(Fuente: Marcelo Sepúlveda Ríos)
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