Marilyn
Yo,
Thomas Noguchi, médico forense
cotizado
por gladiadores del Universo
ante
este semidiós de la mitología contemporánea
desnuda
sobre una mesa fría común a todos los muertos
declaro:
Norma
Jean Baker. Treinta y seis años
ciento
diecisiete libras
con
estómago limpio de barbitúricos
y
útero tamaño natural sin temores
amado
desde los nueve años
por
un padrastro innoble
hasta
el presidente más poderoso
por
supuesto nombrado y respetable John F. Kennedy
precipitada
a la confianza
burlando
vértigos y lluvias
ingenua,
cosmetómana, narcisista
torpe
frente a la soledad
indisciplinada
y maravillosa
perdida
en alguna grieta bastarda
ebria
de autógrafos y tranquilizantes
con
casi kilogramo y medio de cerebro
pulmón
derecho pesando cuatrocientos sesenta y cinco gramos
y
corazón deseado por millones de hombres
tuvo
de todo, menos la vida.
Ella
que soñó reinar desnuda
entre
aplausos en alguna iglesia
hoy
soy su público
y
la poseo sin fotógrafos.
Declaro:
Caso
forense No. 81128
fue
asesinada
por
sus fieles admiradores.
Apaguen
reflectores. Ha muerto la reina.
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