Un poema de Ramón Plaza
En mi balcón
hay una planta
de la cual no sé el nombre,
ni qué lugar ocupa en el discurso
botánico.
Nos hemos conocido allí,
en el balcón.
De modo que si bien
sé con quien trato, no sé quien es.
Su flor es gigantesca. Una sola.
Amarilla y en forma de corola.
Un picaflor la visita,
la liba, la chupa, la cuerpotea,
la relame, la lenguotea, la usa
como mujer.
Luego vienen otros y otros.
Esta planta labura en mi balcón,
y es la casa de putas
de todos los picaflores.
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