"La muerte y el trabajo, son
terribles a la vista"
Virgilio
-Los negocios mejoran la vida.
-¿Qué vida?
-La de los que hacen buenos negocios, los que saben negociar.
-¿La vida puede ser un buen negocio?
-Bueno ó malo, siempre es un negocio.
-Mientras podamos negociar estamos vivos...
-La vida no es más que el producto de ese intercambio: Sin el libre comercio entre los cuerpos y entre éstos y el medio que los contiene, la vida es impensable.
-¿Es indispensable pensar en términos económicos?
-Absolutamente. La vida está signada por la cláusula económica impresa y expresada en todo metabolismo, aún en el más precario: recibir y dar, incorporar y emitir, tomar y desechar.., una continuidad de entradas y salidas buscando el aprovechamiento, la utilidad, el saldo positivo.
-¿Venimos a aprovecharnos?
-Sin duda; de ahí la frase remanida: "Buen provecho". El aprovechamiento es una necesidad, y la necesidad es un término económico.
-Como el ahorro.., la utilidad...
-La utilidad es el verdadero sentido de la materia viva: todo cuerpo provisto de metabolismo obedece a esa ley: toma materia ajena para convertirla en materia propìa ó energía -que es una forma de la materia-, ó sea, realiza su utilidad.
-Se aprovecha...
-Un aprovechamiento parcial; toma lo útil y desecha el resto.
-Hay una pérdida...
-No, lo inútil para uno siempre puede ser útil para otros.
-No hay inutilidad absoluta ...
-No, nada se pierde del todo, la cantidad de materia es siempre la misma.
-Todo se recicla...
-Todo.
-El eterno retorno ...
-No: como individuos somos únicos y no hay retorno.
-La clonación ...
-No, aunque ud. se clone va a ser otro.
-Se pierde protagonismo ...-
-Ninguna repetición es perfecta, ninguna reproducción es exacta.
-Hay un margen de error ...
-No, el error está en buscar la perfección cuando sabemos que somos imperfectos, o en creer en valores absolutos conociendo que la vida está sujeta a valores relativos.
-¿La vida tiene un valor relativo?
-Absolutamente, como toda propiedad.
-¿Es una propiedad la vida?
-Como cualquier otra; una propiedad de la materia altamente organizada.
-¿Una propiedad enajenable?
-Sin duda; y como toda propiedad, es un bien que tiene un valor, un valor relativo sujeto a las leyes del mercado . La vida es una propiedad enajenable: enajenar es tan natural como apropiarse; nadie puede permanecer ajeno a las leyes naturales. No hace falta ir muy lejos para contemplar el espectáculo de la vida como un bien enajenable. Disculpe, ¿ud. trabaja?
-Sí, naturalmente.
-¿Cuántas horas?
-Nueve, diez.., a veces hago horas extra...
-¿Y el resto del tiempo, qué hace?
-Como, duermo, miro TV..., en fin, nada importante, como todo el mundo.
-Su vida, entonces, convengamos que al igual que otras, consta de una cantidad de días hábiles en los que ud. enajena su tiempo útil a cambio de una utilidad. Luego acaba su vida útil y se jubila, luego se muere, en el mejor de los casos...
-¿Cómo en el mejor de los casos? Preferiría no hacerlo.
-Bueno, todos preferiríamos otra cosa, pero ese es nuestro destino. Digo "en el mejor de los casos" porque algunos mueren antes de que concluya su vida útil y no llegan a disfrutar de esa última etapa de la vida como jubilados; sin duda un mal negocio.
-¿Morir es un mal negocio?
-No siempre; pero para que el negocio cerrara habría que vivir por lo menos 30 ó 40 años como jubilado, para amortizar lo que uno aportó.
-¿Entonces?
-La vida es un bien enajenable, como todos; eso está aceptado. Somos parte de un mundo negociable; somos negociables.
Por eso, andar buscando valores absolutos no es una buena inversión ni un buen negocio:
mientras se piensa en eso se pierde la oportunidad de hacer otros negocios.
-Venimos a negociar ...
-Y a hacer un aprovechamiento útil de la vida: obtener utilidades.
-Pero durante siglos los filósofos dedicaban sus vidas a indagar sobre el sentido de la vida ...
-Vidas dilapidadas.., búsqueda inútil si las hay. Basta ver como ese sentido se fue perdiendo: hoy casi nadie pierde su tiempo en preocupaciones ontológicas ni en cuestiones de esa índole.
Sabemos que la vida se consume y necesitamos consumir todo lo posible en ese tiempo limitado. Optimizar nuestra capacidad de consumo: He ahí la meta y el sentido de la vida para el hombre de estos tiempos. Y para eso es necesario saber hacer buenos negocios, saber negociar.
-La vida útil, la utilidad como sentido, la toma de utilidades, la optimización... Pero.., y el bien común?
-Es una cuestióin política, y la política es una disciplina subsidiaria de la economía, como es sabido.
El bien común estaría dado por la igualdad de oportunidades para que cada cual haga su negocio.
-Esa frase, tan mentada por políticos y funcionarios de distinto signo y de diversas épocas, resulta por lo menos engañosa: Nunca se vio reflejada en la realidad, en ninguna realidad.
-Bueno, es un hecho semántico: no todo lo que decimos puede ser llevado a la práctica. Hay cosas que no pueden materializarse; no somos sólo materia. Hay construcciones que sólo poseen existencia en el ámbito del lenguaje, lo cual no deja de ser útil: prestan un servicio; la prueba está en que muchas especulaciones económicas se sirven de ellas, y son aceptadas en forma casi unánime por la opinión pública. Si hay aceptación, no hay discusión; así son los negocios...
-Bien común, interés público, negocios, consumidores finales, terminales, vidas útiles...¿y dónde está la igualdad de oportunidades?
-En el sentido común: una realidad. Hay que aceptar que si un producto recibe aceptación, es bueno
Es natural que funcionarios, políticos, pensadores y comunicadores de distinto signo se sirvan de estos productos: están aprobados, aceptados, y la aceptación pública prueba su eficacia: funcionan.
Más allá de sus aplicaciones prácticas y de cualquier interpretación interesada ó sesgada, esa frase goza de aceptación, todos sentimos que es bueno que haya igualdad de oportunidades -aunque no la haya ni pueda haberla-, es una buena aspiración...
-Una aspiración irrealizable, que no se puede concretar...
-Tener aspiraciones y deseos es bueno, es una realidad, aún cuando no puedan consumarse. Una vida sin deseos ni aspiraciones no vale la pena ó vale poco. Los deseos, las aspiraciones, mejoran la vida, le agregan valor, como los negocios.
-¿Y la realidad?
-La realidad es siempre cambiante, dudosa, proteiforme ... No hay que hacerse ilusiones con la realidad.
Lo que importa es la percepción: cada sujeto percibe una realidad distinta; lo que se necesita es saber comunicar, el mejor producto fracasa sin una buena comunicación. El público debe percibir que le ofrecemos algo deseable: debe desear, necesitar, para acabar consumiendo.
El hombre necesita muy poco para vivir. La Naturaleza es pródiga, ofrece más de lo que necesitamos.
Podríamos llevar una vida apacible, tranquila, sin necesidad siquiera de matar ni trabajar...
Pero sería una vida plana, sin aventura.., un mal negocio.. Los hombres de negocios están creando todo el tiempo nuevas necesidades que enriquecen la vida, aumentan los deseos, producen nuevas ambiciones: proveen sentido.
-¿Qué sentido?
-El sentido de la vida. La vida adquiere sentido al desear, necesitar, adquirir y adquirir nuevas necesidades. Quien tiene lo que necesita no necesita desear, ambicionar ni necesitar.
-Hay que crear necesidades..., necesidades cada vez más elaboradas y más efímeras.
-Y productos cada vez más efímeros: hay que superarse, desarrollar la imaginación, crear nuevos mercados... La gente no sabe lo que necesita, hay que instruirla.
A su vez, acortamos la vida útil de los productos mediante la obsolescencia programada para que la producción no se detenga y el público pueda seguir satisfaciendo su necesidad de consumir.
-¿Todo el misterio del sentido de la vida se resuelve en ésto: producción y consumo?
-No, no podemos reducir, para eso están los reducidores. Pero si hay producción y hay consumo seguro hay negocios, y un buen negocio le puede cambiar la vida a cualquiera.
-Hay negocios y negocios, cambios y cambios.
-Todo lo que produce cambios es bueno; cambiar es bueno: la vida es cambio. Somos producto de ese intercambio, vale repetir.
-Si repite no cambia ...
-No, el cambio es inevitable. Todo cambia. En toda repetición hay cambio, ocurre que a veces es imperceptible; no somos perfectos, ninguna repetición es perfecta, ninguna copia exacta, ninguna reproducción absoluta.
-Cambiamos repetidas veces ... (Nunca somos los mismos)
-Precisamente, estamos arribando a una cuestión vital: la repetición y el cambio nos llevan a una noción superior y superadora, al concepto que representa el punto más alto de la evolución humana: la inversión.
(continuará..?)
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