viernes, 17 de enero de 2025

Joseph Brodsky (Leningrado, URSS, 1940 - EEUU, 1996)

 

Joseph Brodsky - El funeral de Bobó

 

Transatlántico

 

Los últimos veinte años fueron buenos para prácticamente todo el mundo,
salvo para los muertos. O quizás para ellos también. 
Quizá el mismísimo Dios Todopoderoso se volvió un poquito burgués, 
y ahora paga con tarjeta. Porque de lo contrario el transcurso del tiempo 
no tendría sentido. Es lo que explica los recuerdos
y los valores, las deportaciones. Tenemos la esperanza de no haber
gastado por completo a nuestra madre, a nuestro padre o a ambos, o a un puñado
de amigos, por el hecho de que ya no acosan nuestros sueños. Nuestros sueños,
a diferencia de la ciudad, cuantos más años cumplimos se hacen 
menos populosos. Por eso mismo es que el descanso eterno
vuelve imposible toda reflexión. Los últimos veinte años fueron buenos
para prácticamente todo el mundo: se convirtieron en la vida eterna
para los muertos. Puede cuestionarse su calidad, 
y no su duración. A los muertos, podría suponerse,
no les molestaría para nada quedarse sin hogar, pasar la noche
debajo de un portal, o contemplar cómo retorna un submarino grávido
a su base de origen, luego de una expedición por todo el mundo sin
haber exterminado toda vida de la faz de la Tierra, y sin siquiera
una simple bandera para izar.

 

Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib

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