viernes, 17 de enero de 2025

Jorge Aulicino, (Buenos Aires, 1949)

 

Ámsterdam

 

¿No construimos para ver precisamente en medio de la noche?
¿No es que esperamos que no sé qué ensalmo
se levante de estos edificios que se recortan azulados
en una niebla de fin de siglo?
¿No es que quisimos, en alianza con Dios,
que naciera un niño en todo esto,
para protegerlo y que nos proteja del mal
en cuyo centro plantamos
ciudades, mercados, laberintos de calles y palabras,
piedras que se carcomen, silbidos de autos a gran velocidad,
plátanos que de noche vacilan: fantasmas que no quieren, no pueden,
arrullarnos; Cristo y el anticristo latiendo siempre en el filo del milenio,
en el filo de cualquier milenio, dormidos a veces, como cuando un rostro
se adormecía junto al fuego en una vieja pintura holandesa,
sombra y paz, malicia, gravedad, inocencia sobre todo, mezclados
junto a la llama, la sombra fría: Ámsterdam que dormía en la noche
o en el eclipse de la siesta, en esa extraña atmósfera honda, efímera.
Y allí, sin embargo, el bien y el mal, la voz que rechaza la anomia *,
susurrando la pregunta angustiosa: “Si no soy, no es; si no es, no soy”.
 
 
Jorge Aulicino, "El Cairo", Del Dock 2015
* anomia2. Trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por
su nombre. Real Academia Española
 
Texto completo / El Cairo

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