"Creí pasar mi tiempo..."
Marzanna Bogumiła Kielar es ganadora del Premio de Poesía Silesius 2024 por su trayectoria poética.
1.
el silencio del amanecer partido hasta los huesos, la espera,
a que al menos vuelva el viento y las nubes recojan el hollín,
por entre las rendijas
en ráfagas se cuele la luz
a que destelle, al menos, una cucharilla apoyada en un platillo,
desparramados
los papeles, las sábanas. Y que prenda el fuego seco
a la madera consumida de las cosas reveladas
2.
la luz desgarrada en tiras sostiene los árboles, humean
las vísceras del agua; amanece. El sol es apenas una grieta
en la cuba de hierro fundido en la que arde el fuego –
Fotografías de Polina Washington y Sandra Bartocha, las demás de autores desconocidos
1.
cisza przedświtu rozcięta do kości, czekanie,
aż wróci chociaż wiatr i chmury zbiorą sadzę,
szczelinami
nawieje światła;
aż błyśnie, choćby łyżeczka oparta o spodek,
rozrzucone
papiery, pościel. I zajmie się suchym ogniem
wygasłe drewno odsłoniętych rzeczy
2.
podarte na pasy światło podtrzymuje drzewa, dymią
trzewia wody; świta. Słońce jest ledwie szparą
w żeliwnej kadzi z ogniem –
(Fuente: Ada Lírica)
Prisca Agustoni nació y creció en Suiza. Desde 2002 vive en Brasil, donde trabaja como traductora y como profesora de literatura italiana y comparada en la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Minas Gerais. Colabora con diversos periódicos y revistas literarias en Italia, Suiza y Brasil, e integra la curaduría del Festival Literario Chiasso Letteraria, en Suiza. Escribe poesía y prosa en italiano, francés y portugués, con incursiones en el español, y su obra ha sido traducida a varios idiomas. Entre sus obras más recientes se encuentran O mundo mutilado (Ed. Quelônio, Brasil, 2020, finalista del Premio Jabuti); Lingua sommersa (Ed. isola, Italia, 2021); Entre o que brilha e o que arde (Ed.Urutau, Brasil, 2022); verso la ruggine (Ed. interlinea, Italia, 2022, premio Suizo de Literatura; Finalista del Premio Fortini); O gosto amargo dos metais (ed. 7 Letras, Brasil; ed. Exclamación, Portugal; Premio Cidade de Belo Horizonte; Premio Oceanos de Poesia 2023); Arqueologias (Ed. Peirópolis, Brasil, 2024).
La primera mujer descansa
en su sueño de larva
macera formas vegetales
y minerales, a la espera
(entre la cuadratura
de Saturno
y la arcaica tierra)
de que su cuerpo cobre escamas
y viento,
ruta posible
— latido
mínimo de infinito
un corazón oculto
y breve,
motor desafiando
la duración táctil del vuelo
en las plumas del ala;
en el sueño la mujer sueña
su doble
singular
— la insurgencia de la loba
en la latencia de la crisálida
A primeira mulher repousa
dentro do seu sono de larva
macera formas vegetais
e minerais, enquanto aguarda
(entre a quadratura
de saturno
e o arcaico da terra)
que seu corpo ganhe escamas
e vento,
rota possível
— latido
mínimo de infinito
um coração oculto
e breve,
motor desafiando
a duração tátil do voo
na penugem da asa;
no sono a mulher sonha
seu duplo
singular
— a insurgência da loba
na latência da crisálida
*
mi lengua es una brasa encendida
por donde pasan
distilled spirits
donde se inscribieron
generaciones de deseos
y disparos
un linaje femenino
babélico y famélico
*
minha língua é uma brasa acesa
por onde passam
distilled spirits
onde se inscreveram
gerações de desejos
e disparos
uma linhagem feminina
babélica e faminta
las cabras
las cabras
cruzan mi destino
cardos crecen
en el asilo de la mente
en la encrucijada de la muerte
crecen cabras y flores
las cabras
as cabras
cruzam meu destino
cardos crescem
no asilo da mente
na encruzilhada da morte
crescem cabras e flores
Extraído de Prisca Agustoni, Pólvora, Macondo: Brasil, 2022 | Traducción de Ignacio Oliden | Buenos Aires Poetry 2024
(Fuente: Buenos Aires Poetry)
Tal vez no haya en mí otra cosa
que la máquina de revelar a quien no soy.
Fernando Pessoa,
Libro del desasosiego
Llegué al resort y,
al
parecer,
ya me había ido.
Acompañándome a la
salida, me explicaron
cuánto disfruté.
No puse pega alguna,
fueron incuestionables las
fotografías de mi estancia;
se me veía feliz.
Luis Alemañ. El número que ha marcado no existe. Ed. La isla de Siltolá, 2024.
(Fuente: Voces del extremo)
& yo también desnudo la mía. Por algún lado en este árbol hay un útero, ¿no? Digo, tiene que haber. Algo en un cuerpo que no exista. Por algún lado en este árbol hay un útero, & el amor de un amante está en la búsqueda de algo en un cuerpo que no exista. Un vacío, digo: no es que se haya perdido un chico. El dolor de un amante está en la búsqueda, cómo una madre se rompe el lomo sólo para ocupar. Un vacío, digo. No es que se haya perdido un chico. & qué pasa si el chico nació muerto. Su madre se rompió el lomo. Sólo para ocupar. No es complicado, reemplazar a un hijo. ¿& qué pasa si el chico nació muerto? Igual aprende el dolor & los moretones. No es complicado, reemplazar a un hijo. Un cuerpo es un cuerpo es un cuerpo, igual aprende el dolor & los moretones. Hay una belleza brutal en este ponerse amarillo. Un cuerpo es un cuerpo es un cuerpo, & yo también descubro el mío. Hay una belleza brutal en este amarilleo, ¿no? Digo, tiene que haber.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib
DAS las buenas noches
con una derrota.
Al despertar, abrirás tu cuerpo
más allá del nosotros.
A precio de saldo,
tu herida y la deuda
con el propio deseo.
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TODO tu cansancio te amortaja.
Su daño anula tus sentidos
y pudrirá tu sombra.
No escuchas
las voces amables de tu lengua.
Te resbala el abrazo.
Tu condena:
escupir palabras.
―――――――――――
HOY es el cumpleaños de las algas.
En el mar, la luz promete
mitades de muerte y canto.
Casi como en aquel bosque
donde anidaban
pájaros invisibles,
flores azules.
Las noches se acortan,
el sol te ciega a deshoras.
Tus horarios se enredan
con el relato de las arañas.
―――――――――――
DÍAS como agua turbia.
Castigo de tiempo arañado.
La imposibilidad
de abrir los ojos
incrédulos al sentido.
Te preguntas por qué amaneces.
Sabes que el mundo
no te espera.
―――――――――――
MASTICAS el gris,
su fondo de espejo y amanecer.
Preguntas por el tiempo.
Tu infancia es una mueca,
un rumor de fracaso sin paradero.
La tarea de amasar el vacío.
Cómo duele esta mañana
con vocación de naufragio.
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CUENTAS los minutos
en los saltitos del pájaro.
Su picoteo estéril
sobre madera vieja.
Podrías ser tú.
Ignoras qué escribe
el pájaro de ti.
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TRAS semanas de agua
el campo no es tu espejo,
rabiosamente espléndido
incluso en los recodos.
Su verdor es tu carencia.
Desafiante.
Tiemblas ante el límite
de amaneceres nuevos.
Temes
no estar a la altura
de tanta primavera.
Ana Belén Martín Vázquez
Astillas
Bartleby Editores
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)