martes, 3 de diciembre de 2024

Claribel Alegría (Nicaragua, 1924-2018)

 

"Creí pasar mi tiempo..."

 


 
 
 
Creí pasar mi tiempo
amando
y siendo amada
comienzo a darme cuenta
que lo pasé despedazando
mientras era a mi vez
des
pe
da
za
da.
 
 

Claribel Alegría, incluido en Poetas latinoamericanas. Antología crítica  (Escuela de Estudios Literarios, Universidad del Valle, Colombia, 2009, selec. de Carmiña Navia Velasco).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)


 

Marzanna Bogumiła Kielar (Polonia, 1963)

 



Marzanna Bogumiła Kielar es ganadora del Premio de Poesía Silesius 2024 por su trayectoria poética.

Trad. Ada Trzeciakowska

***

1.
el silencio del amanecer partido hasta los huesos, la espera,
a que al menos vuelva el viento y las nubes recojan el hollín,
por entre las rendijas
en ráfagas se cuele la luz

a que destelle, al menos, una cucharilla apoyada en un platillo,
desparramados
los papeles, las sábanas. Y que prenda el fuego seco
a la madera consumida de las cosas reveladas

2.
la luz desgarrada en tiras sostiene los árboles, humean 
las vísceras del agua; amanece. El sol es apenas una grieta
en la cuba de hierro fundido en la que arde el fuego –

 

Fotografías de Polina Washington y Sandra Bartocha, las demás de autores desconocidos

***

1.
cisza przedświtu rozcięta do kości, czekanie,
aż wróci chociaż wiatr i chmury zbiorą sadzę,
szczelinami
 nawieje światła;

aż błyśnie, choćby łyżeczka oparta o spodek,
rozrzucone
papiery, pościel. I zajmie się suchym ogniem
wygasłe drewno odsłoniętych rzeczy

2.
podarte na pasy światło podtrzymuje drzewa, dymią
trzewia wody; świta. Słońce jest ledwie szparą
w żeliwnej kadzi z ogniem –

 

(Fuente: Ada Lírica)

Mosab Abu Toha (Palestina, 1992)

 Puede ser una imagen de una persona y texto

 

OBITUARIO

 

A la sombra que había dejado sola antes de cruzar
la frontera, mi sombra que quedó
aislada y oculta en la oscuridad de la noche,
helándose donde estaba, sin que nunca necesitara visa.
A mi sombra que ha estado esperando mi retorno,
desamparada, excepto al caminar yo a su lado
en la luz del verano.
A mi sombra que deseaba ir a la escuela
con los chicos del mañana, pero no podía pasar
por las puertas de las aulas.
A mi sombra, ahora resfriada, que ha estado
estornudando y tosiendo, sin nadie que le diga “Dios te guarde”.
A mi sombra que ha sido aplastada por autos y camiones,
su pecho perforado por esquirlas y balas
volando sin alas,
mi sombra a la que nadie está atendiendo,
que sangra sangre negra
a través de su memoria
ahora, y siempre.
 
…..
En traducción del argentino-israelí Adam Gai, un poema de Mosab Abu Toha, nacido en 1992 en el campamento de Shati, Palestina, y, además de poeta, periodista y profesor universitario, fundador de ka Biblioteca Edward Said, única biblioteca en inglés en la Franja de Gaza, destruida hace poco durante un bombardeo.
 
(Fuente: Daniel Freidemberg)

 

Alejandra Boero (Rafaela, Santa Fe, 1968)

 Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona y bufanda

 

PACTO 

 

Habré de recomponer el mundo.
Tomar, una vez más,
los atajos que cruzan
y sostienen
los laberintos de mi ciudad.
Llamar a la orfebre,
a la alfarera.
Dar paso a la escriba.
 
Entro al silencio.
 
Oigo el ajetreo, las puertas.
Los cuerpos a ras de suelo.
 
La urdimbre, escucho.
El hilo por el ojo de la aguja.
 
Las trazas de un otro
en mí
destejen
en el antiguo telar
callado.
 
*****
 

 

CEREMONIAS

 

¿Alguien sabe lo que esconde
esa hebra tomada
en la ladera más lejana
del país de la seda?
 
¿El sopor de las tazas
precipita,
en Oriente,
ceremonias que se vengan
del sabor del tiempo?
 
Tampoco eso será revelado.
 
Cuando una gota toque la lengua
y la garganta abra paso a lo desconocido
otro ritual escandirá las borras,
otra taza compartirá el desconcierto,
otra lengua probará los vestigios:
la restauración de lo inacabado,
las palabras
en suspensión
permanente.
 
*****
 
En "Otomana"
 
(Fuente: Tema: Poesía)

 

Víctor Coral Cordero (Lima, Perú, 1968)

 

ABRA 

 

 
Siempre hubo una abra
entre mi cuerpo y tu cuerpo
entre tu cuerpo y el mundo
entre el mundo y la verdad 
 
Un día
el flujo inmenso de los ritmos
llenará con su agua sin quicio
esa quebrada entre las cosas
La verdad será así tu cuerpo
 
mi cuerpo será tu mundo
seremos un sólido fluir
                              y nada más 
 
¿La abra? 
 
Será la forma curada del amor 
 
La cicatriz que nos recuerde
ese viejo timo de ser diferentes

 

Joaquín Valenzuela (Dolores, Argentina, 1971)

 

De "Lo igual de ciertas cosas"


 
 
 
Parador en olvido

el semisueño, semi recuerdo
tomó casa lindera, almohadas, salas
de visitas, caramelos

tachó balcón francés por dar a tierra
el mural donde cenaba 
el nombre de una estrella

como noche entrando en pesadilla
vereda de enfrente, punto y vista: 
un soñador a borde, en el estribo
tablón testigo de cuajo 
del papel 
que se lava entre la ropa (la boca 
llena de toallones)

y los aretes perdidos
un anillo al gallinero
gargantillas cortadas, la puerta 
del palomar, huella de espárragos…

pero un nombre de galaxia se asomaba
chapa picada en cruz, siete cabritos
zanja tras zanja
reseca piel al pie descalzo 

después sillas en 
altillos de galpones (una rata 
toma asiento, enciende velas
-arista de momentos- roe 
una hoja de gomero letra a letra) 


VII

la enredadera de la verja subió al techo 
y ya estropeó la chapa, le decía 
un gato membrillo a 
una viejita doble enaguas, doble medias, le daba 
de comer polenta en plato 

temprano nomás de otoño
enseguida
se hizo el espejismo: adiós de vieja
chau de gato y en el espejo
hojas blancas de anotar 
el día tal la fecha: ni una nube

el camino centellaba por estrellas 
en la arena (se habrían quedado 
en la huella del carro) los vasos 
llenos de caballo dejaron 
un sello de cerrado a cada paso
cerrado al trote, nada 
más sucederá por estos lados

carro, caballo y boina 
más boina que muchacho


XVII

los naipes se clavan 
en las mesitas del puerto
a eso de vagabundo en muelle
a eso de la isla de gaviotas 
graznido por graznido, callejuelas

limo a la vista, descargado 
está el pescado

los changarines hacen fila
gancho en mano y pasadizos
hielo en torre, papeles
de envolver colas, cabezas

un tiempo rosa agallas 
que atardece en carne espera
sobre tablón, cualquiera, no quedaron 
ni balsas, ni lanchones

recién idos del niño, los muchachos 
crecen, cinchan, se relamen 
las cocinas
usan perlas y capotas
cucharones de mar fresco 

los ojos cormoranes en el morro 
estudian la mecánica sin pausa
sin caídas, aún la espera
del baldazo final, brazo que limpia
 
así estuvo la cosecha
(se charla entre los humos)
la bruma a filo raso
es la próxima plomada por caer
 


Lo igual de ciertas cosas
,
Buenos Aires, 2024









---
Foto: Joaquín Valenzuela/Facebook
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Miyo Vestrini (Nimes, Francia, 1938 - Caracas, 1991)

 Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona

 

Alguien vendrá 

 

No quiero confundir su terror con el mío.
Siete por siete
y siete más: años de temblor y pasos furtivos.
Alguien vendrá
para detener los lamentos del escogido.
Pero el tiempo dedicado a la espera
se me va entre los dedos.
Ya no es necesario inventar nada
salvo esta terca soledad.
 
 

 

Pablo Anania (Rosario, 1942)

 


·

OFICIO DE POETA

 

"Omnis poetica locutio
a Divinis scripturis sumpsit exordium"
(Magno Aurelio Casiodoro, ¿año 551?)
 
Como un viejo perdido
voy en círculos. Por esquinas,
umbrales, en trastornada
armonía con las cosas.
En abandono lo viviente
[tan distante del goce, tan
próximo a las letras]
voy siendo insensible
a mi piel de reptil. No
se trata ya en este oficio
de hallarle un sentido
al dolor que mi boca
sin voz me ocasiona, ni hay
más asombro al no verse
luz alguna en mis ojos.
El que me mira [el del espejo
vil] es vil y no piadoso.
No registra la pena
ni la tenacidad del tiempo.
No puede ya su ser
literario conmigo. No puede
entender que no puede
con el que menos tiene,
el que menos se piensa.
Quien viéndome creyera
que el vivir recluido
fuera una idea impuesta
por humanos designios
familiares, no sabe nada
de la ojeriza del aire. Un cruel
viento del este, sofocante, hizo
trizas mis huesos, vació
el alma de todos aquellos
nacidos en Rosario un cuatro
de agosto de los años cuarenta,
en pleno invierno. De allí todo
el fingimiento poético, la ineptitud,
el plagio, ir en círculos, como un viejo
perdido detenerme en umbrales,
jamás atravesar un muro. Malas
bestias guiaron mi oficio, bueyes
perezosos que hundieron mi carro
en pantanos prosaicos y susurraron
"omnis poetica locutio"...
Todo texto es poesía. Tal fue
el comienzo, en verso heroico,
de las divinas escrituras. ¿Cómo
no creer ahora que esa fuera
la única voz de la sabiduría?
 
 
(Fuente: Raúl Orlando Artola)

 

Thomas Merton (Prades, Francia, 1915-Bangkok, Tailandia, 1968)

 


EN SILENCIO

 
Permanece inmóvil,
escucha a las piedras del muro.
Quédate en silencio, tratan de
pronunciar tu
 
nombre.
Escucha
al muro susurrando
¿Quién eres?
¿Quién
eres? ¿A qué
silencio perteneces?
 
¿Quién (permanece callado)
eres tú (como aquellas piedras
sigilosas)?
No pienses en lo que eres
ni mucho menos
en lo que un día podrás llegar a ser.
Mejor
sé tú mismo (pero ¿quién?),
ese ente inefable
que desconoces.
 
Oh, permanece inmóvil,
mientras estés vivo,
y todas las cosas que te rodean
están hablando (no las oigo)
a tu ser,
a través de lo Desconocido
que hay en ti y en ellas.
 
“Procuraré, como ellas,
habitar en mi propio silencio:
aunque sea difícil. El mundo entero
está misteriosamente incendiado. Las piedras arden,
hasta ellas
me abrasan. ¿Cómo puede un hombre permanecer inmóvil
vislumbrando todas las cosas en llamas? ¿Cómo puede atreverse
a quedarse junto a ellas cuando
todo su silencio
es fuego?"
 
 
   Traducción: Sonia Petisco.
 
 
(Fuente: Roberto Daniel Malatesta 

Prisca Agustoni (Suiza, 1975)

 

La primera mujer descansa & otros poemas 

 

Prisca Agustoni nació y creció en Suiza. Desde 2002 vive en Brasil, donde trabaja como traductora y como profesora de literatura italiana y comparada en la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Minas Gerais. Colabora con diversos periódicos y revistas literarias en Italia, Suiza y Brasil, e integra la curaduría del Festival Literario Chiasso Letteraria, en Suiza. Escribe poesía y prosa en italiano, francés y portugués, con incursiones en el español, y su obra ha sido traducida a varios idiomas. Entre sus obras más recientes se encuentran O mundo mutilado (Ed. Quelônio, Brasil, 2020, finalista del Premio Jabuti); Lingua sommersa (Ed. isola, Italia, 2021); Entre o que brilha e o que arde (Ed.Urutau, Brasil, 2022); verso la ruggine (Ed. interlinea, Italia, 2022, premio Suizo de Literatura; Finalista del Premio Fortini); O gosto amargo dos metais (ed. 7 Letras, Brasil; ed. Exclamación, Portugal; Premio Cidade de Belo Horizonte; Premio Oceanos de Poesia 2023); Arqueologias (Ed. Peirópolis, Brasil, 2024).

  

  

La primera mujer descansa

en su sueño de larva
macera formas vegetales
y minerales, a la espera

(entre la cuadratura
                 de Saturno
y la arcaica tierra)

de que su cuerpo cobre escamas
y viento,
                 ruta posible
— latido
mínimo de infinito

un corazón oculto
y breve,

                 motor desafiando
la duración táctil del vuelo
en las plumas del ala;

en el sueño la mujer sueña
su doble
                 singular

— la insurgencia de la loba
en la latencia de la crisálida

  

A primeira mulher repousa

dentro do seu sono de larva
macera formas vegetais
e minerais, enquanto aguarda

(entre a quadratura
                 de saturno
e o arcaico da terra)

que seu corpo ganhe escamas
e vento,
                 rota possível
— latido
mínimo de infinito

um coração oculto
e breve,

                 motor desafiando
a duração tátil do voo
na penugem da asa;

no sono a mulher sonha
seu duplo
                 singular

— a insurgência da loba
na latência da crisálida

       

*

mi lengua es una brasa encendida
por donde pasan
distilled spirits
donde se inscribieron
generaciones de deseos
y disparos

un linaje femenino
babélico y famélico

  

*

minha língua é uma brasa acesa
por onde passam
distilled spirits
onde se inscreveram
gerações de desejos
e disparos
uma linhagem feminina
babélica e faminta

  

las cabras

las cabras
cruzan mi destino

cardos crecen
en el asilo de la mente

en la encrucijada de la muerte
crecen cabras y flores

  

las cabras

as cabras
cruzam meu destino
cardos crescem
no asilo da mente
na encruzilhada da morte
crescem cabras e flores

  

  

  


Extraído de Prisca Agustoni, Pólvora, Macondo: Brasil, 2022Traducción de Ignacio Oliden | Buenos Aires Poetry 2024


(Fuente: Buenos Aires Poetry)

 

Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina, 1971 / Vive en España.)

 

𝐅𝐄𝐑𝐈𝐀
 
               A Luis Alejandro Contreras
 
 
En los jaulones revoloteaban las palomas de ninguna paz.
Los naipes marcados de infortunios brillaban en las 
mangas del adivino y en el cuello del oso, la cadena para 
cortar en óxido a la mujer barbuda.
Él escupía fuego; ella tragaba las cenizas.
Los espejos deformantes devolvían
                                              tu exacta figura.
Me fui antes de que los guantes del mago acertaran a fruncir 
los dedos para formar el puño.
No quise ver al tigre pasear al payaso con traílla.
Ni a los monos, tan humanos.
Ni las telas de la carpa por el piso cuando los enanos, con 
un alboroto de albatros, desmantelaran la cruz de la estructura.
Que tire la primera piedra quien no le ha dado la espalda 
al triste circo del mundo.

 

Luis Alemañ (Elche, España, 1983)

 

LLEGUÉ AL RESORT 

 


 

 

 Tal vez no haya en mí otra cosa
que la máquina de revelar a quien no soy.
Fernando Pessoa,
Libro del desasosiego


 

Llegué al resort y,
                          al
                parecer,
ya me había ido.


Acompañándome a la
salida, me explicaron
cuánto disfruté.


No puse pega alguna,
fueron incuestionables las
fotografías de mi estancia;


se me veía feliz.

 

 Luis Alemañ. El número que ha marcado no existe. Ed. La isla de Siltolá, 2024.

 

(Fuente: Voces del extremo)

Jean Sénac (Beni Saf, Argelia, 1926-Argel, 1973)

 

ciudadanos de la belleza













 
 
Y ahora cantaremos al amor 
pues no hay Revolución sin Amor 
no hay mañana sin sonrisa. 
La belleza en nuestros labios es un fruto continuo. 
Tiene este sabor preciso de los erizos de mar que se cogen al alba 
y que se saborean cuando el Erizo de Mar de Oro se separa de 
las brumas y sobre las olas modula su canto. 
Pues todo es canto -¡salvo la muerte! 
¡Te amo! 
Es necesario cantar, Revolución, el cuerpo sin fin renovado de la Mujer 
la mano del Amigo 
el perfil como una escritura sobre el espacio 
de todas las que pasan y todos los que pasan
que dan a nuestra marcha su verdadera luz, 
a nuestro corazón su aliento. 
Oh, todos vosotros que constituís la belleza serena o violenta 
cuerpos puros en la alquimia incansable de la Revolución 
miradas incorruptibles, besos, anhelos en los titubeos de nuestra lucha 
Puntos de apoyo, puntos reales para puntuar nuestra esperanza 
¡oh, vosotros, hermanos y hermanas, ciudadanos de la belleza, entrad en el poema! 
Te amo. La Revolución asciende 
entre la pura sinfonía de los cuerpos jóvenes frente al mar. 
Sí, no haya miedo, diles 
que eres bella como un comité de gestión 
                        como una cooperativa agrícuola 
                        como una mina nacionalizada. 
¡Osemos, oh amor mío, engalanar con flores nuevas 
el cuerpo del poema nuevo!

***

Versión de Fernando García Burillo
Archivo de la Frontera
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892-París, 1938)

 

Idilio muerto 

 

















 
 
Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita
las ganas de vivir.

Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.

Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: "¡Qué frío hay... Jesús!".
Y llorará en las tejas un pájaro salvaje.


En "Heraldos negros", 1918, Obra poética completa, Francisco Moncloa Editores, Lima, 1968
---
Foto: César Vallejo, Niza, Francia, 1929 Biografía y Vidas
 
(Fuente: Campo de maniobras)

 

Teresa Arijón (Argentina, 1960)

 

"Lawrence Ferlinghetti"

 


 
 
 
Dice que envejece y que percibe
que la vida se muerde la cola,
ouroboros en la frágil insistencia de la luz.
Dice que envejece y ya no compite
por el limbo inmortal de las palabras
y que ahora, bajo la piel rugosa y las alas
que el viento abrió en sus ojos,
el único desafío es el cielo.
Dice que envejece y que no ignora
que las puertas se cierran y se abren con rítmico abatimiento.
Que va a leer lo que no sabe en el caparazón de una tortuga,
en la constelación salvaje que alumbra la pampa salvaje, en el sonido que el cielo se traga y devuelve en ecos.
Dice que el poeta es un pescador
para quien el cielo está despejado
aun si está cubierto.
 
 

Teresa Arijón en Poemas y animales sueltos (2005), incluido en Poetas argentinas (1940-1960) (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2006, ed. de Irene Gruss).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)


 

Logan February (Anambra, Nigeria, 1999)

 

El maniquí desnuda su pelvis

 

& yo también desnudo la mía.
Por algún lado en este árbol hay un útero,
¿no? Digo, tiene que haber.
Algo en un cuerpo que no exista.

Por algún lado en este árbol hay un útero,
& el amor de un amante está en la búsqueda
de algo en un cuerpo que no exista.
Un vacío, digo: no es que se haya perdido un chico.

El dolor de un amante está en la búsqueda,
cómo una madre se rompe el lomo sólo para ocupar.
Un vacío, digo. No es que se haya perdido un chico.
& qué pasa si el chico nació muerto.

Su madre se rompió el lomo. Sólo para ocupar.
No es complicado, reemplazar a un hijo.
¿& qué pasa si el chico nació muerto?
Igual aprende el dolor & los moretones.

No es complicado, reemplazar a un hijo.
Un cuerpo es un cuerpo es un cuerpo,
igual aprende el dolor & los moretones.
Hay una belleza brutal en este ponerse amarillo.

Un cuerpo es un cuerpo es un cuerpo,
& yo también descubro el mío.
Hay una belleza brutal en este amarilleo,
¿no? Digo, tiene que haber.
 
 
 Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib 

 

lunes, 2 de diciembre de 2024

Reynaldo Jiménez (Lima, Perú, 1959)

 

parlofont

 

ayunta chacales hienas coyotes la estepa
acogota cobalto esa última abundancia
las erinias se dan alumbre
el odio dios descabeza las horas
 
ahuyenta tremor hostil resurrección
mutable subcutánea sin más voz
sacra chatarra palabrada
digna de quien se atormente
 
el instrumento levadizo está sitiado
y redor ya se saben los vigías
altoparlan sin reparar en el puente
recomienzan su ronda sitibundos
 
Puede ser una imagen en blanco y negro de hiedra y texto

 

Amada Elsa López Rodríguez (Fernando Poo, actual Malabo, Guinea española; 17 de enero de 1943)

 Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona

 

Hay dolores que se agrupan de costado...

 

Hay dolores que se agrupan de costado.
Hay dolores alegres de brillantes colores
que iluminan la casa y te inventan canciones.
Y hay dolores oscuros de incalculables formas
que se filtran de día en las aceras
y te impregnan de luto las alcobas.
 
El dolor que yo tengo tiene un nombre concreto.
Se llama como tú y a ti se te parece.
Tiene tus mismos rasgos, tus mismas cicatrices,
tu manera invencible de rasgarme la herida
y dejarme las tardes y el domingo perdidos.
 
 

📷 Marpessa Hennink - Ferdinando Scianna
 
 
(Fuente: Oficio de Poeta)

 

Lőrinc Szabó (Miskolc, 31 se marzo de 1900 - Budapest, 3 de octubre de 1957)

 

Puede ser una imagen de 1 persona

 

XX

SOLEDAD  

 

.
Muchas dudas y pecados me encadenan
a la muerte,
pero a veces me deshago de muchos de ellos.
 
La sonrisa del otoño baila en la pared
de mi cabaña,
mis amigos son los árboles y los lobos.
 
Los caminos que fluyen desde aquí
se curvan hacia el cielo más allá de mi bosque
 
y cada flor, hierba, reloj, arbusto, piedra
crece en un solo, feliz, gran símbolo
 
y, entretejido en su luz,
la soledad roba al dios de mi noche en mi corazón.
 
.
Lőrinc Szabó de Gáborján fue un poeta húngaro 🇭🇺

(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)

 

Ana Belén Martín Vázquez (Madrid, 1971)

 

SIETE POEMAS DE ASTILLAS

 



 

 

DAS las buenas noches

con una derrota.

 

 

Al despertar, abrirás tu cuerpo

 

más allá del nosotros.

 

 

A precio de saldo,

tu herida y la deuda

con el propio deseo.

 

 

―――――――――――

 

 

TODO tu cansancio te amortaja.

 

Su daño anula tus sentidos

y pudrirá tu sombra.

 

No escuchas

las voces amables de tu lengua.

 

Te resbala el abrazo.

 

 

Tu condena:

escupir palabras.

 

 

―――――――――――

 

 

HOY es el cumpleaños de las algas.

 

En el mar, la luz promete

mitades de muerte y canto.

 

Casi como en aquel bosque

donde anidaban

pájaros invisibles,

flores azules.

 

Las noches se acortan,

el sol te ciega a deshoras.

 

Tus horarios se enredan

con el relato de las arañas.

 

 

―――――――――――

 

 

DÍAS como agua turbia.

 

 

Castigo de tiempo arañado.

 

 

La imposibilidad

de abrir los ojos

incrédulos al sentido.

 

Te preguntas por qué amaneces.

 

Sabes que el mundo

no te espera.

 

 

―――――――――――

 

 

MASTICAS el gris,

su fondo de espejo y amanecer.

 

Preguntas por el tiempo.

 

Tu infancia es una mueca,

un rumor de fracaso sin paradero.

 

La tarea de amasar el vacío.

 

Cómo duele esta mañana

con vocación de naufragio.

 

 

―――――――――――

 

 

CUENTAS los minutos

en los saltitos del pájaro.

Su picoteo estéril

sobre madera vieja.

 

Podrías ser tú.

 

Ignoras qué escribe

el pájaro de ti.

 

 

―――――――――――

 

 

TRAS semanas de agua

el campo no es tu espejo,

rabiosamente espléndido

incluso en los recodos.

 

Su verdor es tu carencia.

 

Desafiante.

 

Tiemblas ante el límite

de amaneceres nuevos.

 

Temes

no estar a la altura

de tanta primavera.

 

 

 

Ana Belén Martín Vázquez

Astillas

 

Bartleby Editores

 

(Fuente: Papeles de Pablo Müller)