ADÁN Y EVA ENTRE EL CASTIGO Y EL ÉXTASIS
ADÁN Y EVA ENTRE EL CASTIGO Y EL ÉXTASIS
Con la palabra y su filosa piedra construí un hueco donde durmieran.
Para que se soltaran puse al mar y su fragancia de sal y puse al viento.
Plantas y animales fueron para que ambos crecieran en los otros.
Y los dos así me pagan probando la esfera deleznable del deseo.
Así me han postergado por adorar a venus
después de prodigarme en ofrendarlos.
Sabiendo que jamás tocaré cuerpo de mujer ni hombre.
Sabiendo que jamás nadie ha de tocarme.
Burlándose de mí entre susurros.
Diciendo al señalarme:
padre dios el eunuco.
(de “Amantes zodiacales” - Premio Diario La Nación, 1998)
(Fuente: Cecilia Pontorno)
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