COSIENDO LA CAMISA DE LA DESDICHA
In memorian:
Kelly Stroud
Inconsolable
*
Como si una palabra pudiese nombrarlo
*
Como si el dolor fuese un hacha
*
Como si un profeta pudiese leer el futuro abriendo
el cuerpo
*
Como si un dios entrase y la desparramase en el tiempo
*
Inconsolable
*
Como si la pena y la angustia y la desolación fuesen hilos
*
Como si este poema fuese una aguja
PRIMER CANTO
Aquella mañana de hace mucho tiempo en la granja de Ruth
cuando me escondí en la glicina
y observé a los colibríes. Pensé
que el rubí o el oro que brillaban en sus gargantas
era la sangre melosa de las flores.
Hundían sus punzantes picos
en una corona de pétalos hasta que sus cabezas
desaparecían. Las flores se difuminaban en alas,
y la respiración que yo escuchaba
eran los finos, conmovedores tallos de la glicina.
Esa noche, con la cara apretada contra la ventana,
miré hacia la oscuridad
donde la luna se ahogaba en los sauces
junto al estanque. Mi corazón, piedra sangre,
se dio vuelta. Esa larga noche, la granja,
aquellos pájaros enjoyados, todos esos años idos.
Los caballos parados quietos y enormes
en la negrura de la travesía de la luna.
POSTALES A COLD MOUNTAIN
MERCADO, KUALA LUMPUR
El chico con el cuchillo de carnicero
con un golpe nítido
corta al cangrejo vivo en dos
mitades muertas
derramando aceitosos
huevos brillantes, pequeños soles
Es una pinza grande cerrando
y abriendo
HOTEL COCKPIT*, SINGAPUR
Una voz "...cogeme....sí..." del cuarto de al lado
Una joven pareja australiana que conocí en el desayuno-
el modo en que ella comía el melón, afeitándolo
con una cuchara hasta que la tierna, verde piel
aparecía brillando
TERRITORIO DEL NORTE, AUSTRALIA
En un Land Rover
cincuenta millas al sudoeste de la Tierra de Arnhem
inmensos pantanos, estanques, diez mil aves acuáticas
el gran pool genético
génesis maravilla
de maravillas
* Cockpit: carlinga del piloto.
INDICACIONES
Qué desgastados, rancios, chatos e infructuosos
Me parecen todos los usos de este mundo.
HAMLET
Tomá un avión a Londres.
Desde King's Cross tomá el tren directo a York.
Alquilá un auto y manejá a través del valle del Nidd,
un camino angosto con altos muros de piedra a cada lado,
y pronto estarás en los pantanos. Hay un pub,
Los Vaqueros, que es templado, un cuarto pequeño,
podés pararte ante el mostrador y beber una pinta de Viejo
Peculier.
Por un momento todo estará bien. Estás de vuelta
en un comienzo. Pronto querrás caminar por la región de
Yorkshire,
entre hondonadas, granjas, región de zarzamoras y nubes.
Caminarás horas. Traerás la frescura
de vuelta a tu vida. Esto es cierto. Podés hacerlo.
Aún ahora, sentado ante tu escritorio, preocupándote, afligido
podés mirar a través de Middlesmoor a Ramsgill,
los bosquecillos, las abadías de luces sesgadas, las colinas,
podés mirar a esa figura que camina hacia Scar House,
las mejillas ruborizadas, chorlitos surgiendo delante suyo,
caminando, haciendo su camino, trabajando su vida, paso
a paso, hacia la gracia.
PRIMER BESO
fue con Sonia en el ropero
una mañana de verano sus padres
fueron a trabajar y los chicos vecinos
estaban jugando a la botellita y
Sonia la hizo girar y se detuvo ante mí
así que nos empujaron adentro del ropero
y ahí estábamos en la oscuridad
ahogados entre las ropas colgantes
nerviosos excitados no sabíamos
cómo besarnos sólo rozamos
nuestros labios y nos agarramos uno al otro
antes de abrir la puerta a nuestros
amigos reunidos alrededor
mientras Sonia y yo mirábamos
desde nuestra nueva altura como si
hubiésemos visto algún secreto
allá en la oscuridad entre
los vestidos de la madre y los pantalones
rígidos del padre algo
impronunciable en las ropas sin cuerpo
las mangas vacías y las piernas de pantalón
colgando y frotando contra nosotros
empujándonos más juntos
en el olor perfumado de
su madre el olor a cigarrillo
y a Cuero Inglés de su padre
mientras Sonia y yo nos asíamos y balancéabamos
nuestros ojos bien cerrados como nuestras bocas
en ese primer beso ciego a tientas
entre los fantasmales miembros
que se agarraban y estremecían a nuestro alrededor
RECUERDO
Para Tim
Es el atardecer
sobre el camino en herradura que corre
a través de las Colinas Griffith.
Dos chicos caminan, del
brazo, bajo las ramas de roble,
madroño, y pino.
Son hermanos yendo a casa
antes de que baje el sol.
Caminá con ellos. Mirá
cómo el más pequeño, el menor
estira el tranco para mantenerse
junto al otro. Hablan
bajito,
habiendo pasado el día buscando serpientes
en las colinas detrás de los fardos de heno
hendidos por flechas disparadas por los adultos
por deporte o esperanza. ¿Porqué
se detienen frente a un árbol
donde pululan las abejas?
En las nudosas raíces ven
un lagarto esmeralda con púas
a lo largo de la espalda. No los despierten.
No es ningún sueño mientras sueñan
un reino que permita una bestia tal.
Coronados y dorados, siguen
su camino a casa, un sonido de campanas,
en la inmensa, callada noche.
Trad. Shira Rubenstein
En "Suite for the Common"
(Fuente: Idiomas olvidados)
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