Nada se rompía
no se rompía el
día aún
yo no veía bien
pero todavía distinguía
la nueva cara de la luna
esa que me mostró Claudio
una noche de pitos
y Jack Daniels
¿la ves?
yo no veía bien
por culpa de puntos
negros tiritando
como hormigas en la nieve
en esa época
de muros en los cielos
se amontonaban balas
escarabajos en los cuerpos
en el paisaje suprimido
de Santiago
los muertos seguían
de cerca a los vivos
y el presente
se plagaba/
de henchidos aforismos
agonizaban sombras tímidas
en las calles calcinadas
ante la inmensidad del universo
a pesar
de haber sentido todo
y no ser nada
a pesar
de haberlo sido todo
y sentir
un poco más de nada
se ven quietas las estrellas
dicen los que murieron dentro
entonces
el sistema nervioso
empezó a fallar
se infectó
el aire de la patria
mi madre tose
sin razón
como nosotros lloramos
sin razón
los médicos dijeron
que no tenía nada
pero eso fue
hace tantos años
como siguen siendo
muertes/cárceles y ausencias
desde que aparecieron
pintas en mi piel
se empequeñecieron los pulmones
del viento
se atrofiaron tres manchas de tinta
a un costado de mi cama
son las patadas
repiten las voces dentro
son los cráneos
que rompieron dentro
mi piel era suave
los hombres se volvían locos
esos perros se volvían locos
la saliva no la contenían
se hacía una con la sangre
tarde o temprano/
lo que permanece oculto
sale a la luz
todo se ve
incluso el lado oscuro
de la luna
quizás ahora vuelva a usar
esa camiseta blanca
que me arrancaron
a pedazos
para morderme los pezones
como otras dos lunas
si ella sigue muriendo
sola
en París
Condena (o principio)
en principio
este es el trato:
renuévame por completo
mi sol menguante
y así yo te restauro
tu paréntesis frontal
elegante es el quejido del insomnio
cuando yo me ofrezco a ratos
y en silencio
en gotas de tinta incierta
a la hora incierta
la tinta fresca
nada más terrible
(Fuente: El poeta ocasional)
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