jueves, 1 de abril de 2021

Carlos Bègue (Buenos Aires, 1952)

 

 

  DE COPLA EN COPLA



Duro oficio el de vivir,

y cuando por fin se aprende

en la escuela del sufrir,

la Pelada nos sorprende.


Gasto inútil todo ardid

fabulado por la mente

para atrasar el partir

y transido mantenerse


en este mundo feliz

donde ordeñan los gerentes.

¿Vencido? Feo desliz

¡carajo!, a pagar con creces.


                                                        ####


Viernes Santo a mediodía

cae un fulano con hambre

a un fondín de Olavarría

en busca de buena carne.


El patrón de aquel boliche

tenía en la lista pescado

por ser cristiano apegado

al ritual de un día triste.


Miró torcido al cuitado,

marchó nomás una entraña

y con el primer bocado

ahí mismo estiró la pata.


Quien no frecuente los templos

y huye del agua bendita

tome nota de este ejemplo

y enmiende pronto su vida.

                                                          ####

A salvo están las vaquitas

nada falta en los galpones,

¡malaya! la suerte esquiva

si otros se comen garrones.


Cruz diablo a las caridades,

es asunto de chambones.

El ánimo tranquiliza

sentarse sobre millones.


Suponer que así es la vida

menuda sarta de errores,

antes bien es una fija

el futuro en los fogones.


Quien toda ayuda mezquina

y siempre niega favores, 

es más pobre que letrina

con puerta sin pasadores.


                                                         ####                                                                           



Amar a quienes nos aman

no tiene mérito alguno.

La cosa se pone brava, 

y es espinosa de suyo,

amar con la misma vara

sin dudarlo ni un minuto

al que nos odia con saña

hasta volverse perjuro.

Si estas cimas alcanzas, 

lejos de mundos oscuros

el odio que tanto daña

nunca influirá en contra tuyo.



                                                          ####



Cien cosas pretendo hacer

y otras cien tengo pendientes.

Si todas me dan placer

¿por qué la holganza me vence?


Trabajar hasta matarse

pareciera repelente.

Cada día al despertarme

de mi astenia soy consciente.


Cuando al fin gano la calle

me confundo entre la gente

a pescar aquel detalle

que al candidato revele.



El premio de mis afanes

está ligado a la suerte.

Entre tantos caminantes

¿Cuál me persuade que acierte?


Aquel turista elegante

de andar pausado, sonriente,

con la cartera colgante

será víctima imprudente.


Caben sorpresas puntuales

y lo tengo muy presente

cuando de corbata y traje

me alcé con botín luciente.


Al amparo de un garaje

corrí con premura el cierre

y rascando a fondo ¡diantre!

de gato enganché un sorete.



                                                           ####   



Me voy quedando sin cuerda,

corre el frío en mi espinazo.

No temo al hoyo en la tierra,

temo al seguro colapso

de nuestro hermoso planeta.

¿Querrán acaso salvarlo

los que aún ni pisan el barro?

Hoy nadie nos da certezas

sobre si están sentenciados

a derretirse en cadena

los glaciares siempre helados

y aquellas nieves eternas,

imán para aventurados.

Veo los bosques que vuelan,

aire y mar contaminados,

¿será el fin de las ballenas

con los pájaros sumados?

Los papeles se les queman

a quienes, empero, debieran

tener un mejor cuidado

de esta casa que da pena.

A imagen de Dios creados,

lejos de la paz fraterna,

¿por qué abonamos el caos?


                                                            ####



Los peldaños de la vida

son penosos de subir, 

una cuota de alegría

te impedirá sucumbir.


Quien se sueñe en una isla

deje las rías fluir,

vendrán ballenas amigas

sin ánimo alguno de huir.




Podrás montarlas sin pizca

de miedo a golpes sufrir.

Ya con el sol a la vista

la calle de habrá de aturdir.


De nuevo la orden maldita

tu jornada ha de tundir.

¡Ala! de prisa, de prisa,

hay peldaños por subir. 



                                                           ####



Amistades de lo lindo

tuve añares a mi vera,

fueron años de buen vino

y de fuego en la churrasquera.

Mi caserón entre pinos

todo el año era una fiesta,

sin protestas de vecinos

ni de noche ni a la siesta.

Todos tenían por sabido

que jugar a la paleta

requería un simple aviso

con el frontón a la espera.

Hoy los naipes son distintos

mis amigos se me niegan

al verme abajo y fundido.

Todo el mundo hace leña

del árbol si está caído.

Mas por no tenerlo en cuenta

lució fatal este olvido.

Para que amistad mantengas

las copas en el altillo.

Ya vacía la bodega

a las ratas da refugio,

la parrilla cenicienta

ni por asomo la miro.

Pienso qué gente de mierda,

cuántos tipos malparidos 

me rodeaban en las buenas.

¿Adónde habrán huido,

zorros de meada artera?

Mi vida sigo tranquilo

a base de verdura fresca,

galleta criolla de a kilo

y algunos guisquis berretas. 

 

 

(Fuente: Alpialdelapalabra)



 

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